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Desafíos y oportunidades para el sector óptico en la negociación colectiva en 2025


La negociación colectiva en 2025: desafíos y oportunidades para el sector óptico frente a los cambios laborales en España

El panorama laboral en España para 2025 se presenta como un escenario complejo que exige una planificación estratégica por parte de las empresas, incluido el sector óptico. La reducción de la jornada laboral, la nueva subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) y la posible reforma del despido generan incertidumbre en las mesas de negociación colectiva y ponen a prueba la capacidad de adaptación de empresarios y trabajadores. Estos cambios impactarán directamente en la estructura de costes, la organización interna y las relaciones laborales en las ópticas, un sector mayoritariamente compuesto por pymes con márgenes ajustados.

Cambios en el marco laboral: principales retos

Reducción de la jornada laboral a 37,5 horas semanales

El compromiso del Gobierno de Yolanda Díaz para reducir la jornada laboral máxima a 37,5 horas semanales supone un cambio significativo que afecta tanto a la organización como a la rentabilidad de las empresas. Para el sector óptico, donde los horarios comerciales suelen ser amplios y flexibles para atender a la clientela, este ajuste puede generar tensiones en la planificación de turnos y en la contratación de personal adicional.

Aunque el Ministerio de Trabajo ha propuesto medidas como bonificaciones para contratar trabajadores que cubran las horas reducidas, las empresas tienen pocos incentivos para adelantar este cambio a través de acuerdos voluntarios en los convenios colectivos. La expectativa de que la reducción se imponga por ley ha ralentizado las negociaciones en muchos sectores, lo que podría trasladar el impacto total de la medida al momento en que entre en vigor.

Subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI)

En los últimos años, las continuas subidas del SMI han ejercido una presión significativa sobre las estructuras salariales. Aunque estas medidas buscan mejorar las condiciones de los trabajadores con menores ingresos, generan un efecto en cascada en los niveles medios y altos de las tablas salariales. Los salarios pactados en los convenios más o menos “actualizados” de óptica esta subida no va a tener unas repercusiones inmediatas (ojo que hay provincias con convenios de ópticas vencidos desde hace incluso más de un año) no obstante a nivel macroeconómico este tipo de modificaciones en el ámbito laboral siempre tienen repercusiones en el mercado y el comportamiento del consumidor en menos o mayor medida.

Reforma del despido y litigiosidad laboral

Otra medida en el horizonte que podría transformar las relaciones laborales es la reforma del despido. Esta incluiría cambios en las indemnizaciones y en los criterios de causalidad de los ceses, aspectos que han generado un aumento de litigios en los últimos años. Las adaptaciones de jornada, el teletrabajo y las bajas médicas son ejemplos de áreas donde los conflictos legales se han intensificado, afectando especialmente a las empresas con estructuras más rígidas.

 

Impacto en la negociación colectiva: un desafío para el sector óptico

Las mesas de negociación colectiva, fundamentales para acordar salarios y condiciones laborales, se enfrentan a una parálisis parcial debido a la incertidumbre normativa. En 2023, el Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC) intentó impulsar la firma de convenios tras años de estancamiento, sin embargo, ya hemos observado que muchos sindicatos no han interpretado este acuerdo como un elemento impulsor de nuevos compromisos de futuro sino como un nuevo “suelo” más alto para la negociación colectiva, desvirtuando completamente su espíritu. Buena prueba la tenemos en el convenio provincial de Barcelona donde realizan una interpretación torticera de lo pactado en AENC, añadiendo, por ejemplo, el pago de atrasos en una hipotética revisión salarial, cuando la exclusión del pago de esos atrasos son la causa de la indicación de aumentos salariales por encima de la previsión del IPC.

Los continuos anuncios legislativos no concretados han generado reticencias entre empresarios y sindicatos, dificultando avances significativos.

En el caso del sector óptico, esta situación se traduce en un lógico enfoque más conservador por parte de los empresarios. La falta de claridad sobre los costes asociados a las nuevas medidas, como la reducción de jornada o la subida del SMI, condiciona las decisiones salariales y limita la capacidad de comprometerse con subidas a largo plazo. Esto afecta especialmente a un sector en el que la competencia implica bajos márgenes brutos y , por lo tanto, posibilidades de negociación más restringidas.


Adaptación y estrategias para el sector óptico

A pesar de los retos, el sector óptico tiene la oportunidad de adaptarse de forma estratégica para minimizar el impacto de estos cambios y aprovecharlos como una vía para fortalecer sus operaciones. Nuestra interpretación de la situación nos lleva a aconsejar:

Revisión y planificación de la jornada laboral:

Las ópticas deben anticiparse a la reducción de la jornada implementando planes escalonados que permitan ajustarse sin afectar la calidad del servicio. Establecer turnos optimizados y recurrir a herramientas tecnológicas para la gestión de horarios pueden ser medidas eficaces para mantener la productividad.

Formación y polivalencia del personal:

Apostar por la capacitación continua de los empleados no solo aumenta su polivalencia, sino que también contribuye a mejorar la calidad del servicio al cliente. Un equipo formado y flexible puede asumir nuevas funciones, reduciendo la necesidad de incorporar personal adicional. No obstante, siempre va a ser un hándicap importante la “reserva” por normativa para ópticos diplomados/licenciados de determinadas funciones y operativa que reduce la posibilidad de polivalencia de trabajadores de otras categorías.

Negociación colectiva proactiva:

Las empresas del sector deben abordar la negociación colectiva con un enfoque estratégico, buscando acuerdos que contemplen incrementos salariales moderados vinculados a la productividad o a objetivos concretos. Esto permitirá equilibrar las expectativas de los trabajadores con la sostenibilidad del negocio.

Inversión en tecnología

La inversión en tecnología para optimizar procesos puede reducir la carga de tareas para los empleados y también reducir la necesidad de personal. Hay que analizar y revisar los procedimientos operativos para ver cuáles pueden ser optimizados y, por ello, reducir las plantillas o redirigir a los trabajadores a otro tipo de tareas con mayor valor añadido.

Con una gestión proactiva y el aprovechamiento de las oportunidades que ofrecen las nuevas medidas, las empresas de comercio de óptica tienen la posibilidad de no solo superar estos retos, sino también de consolidarse como líderes en un sector en constante evolución. La profesionalización de la gestión empresarial, junto con la colaboración entre actores clave, será esencial para garantizar el éxito en este nuevo escenario laboral.

 

Galarza&Co

Departamento Laboral